Nuestras prácticas políticas y nuestros ideales revolucionarios no se basan en concepciones identitarias, por el contrario en AA convergen diferentes realidades sistémicas que comparten ideales para la creación de futuro(s) interconectados.
Como comunidad pensamos que la lucha anti-colonial debe ocupar un lugar central en nuestras proyecciones revolucionarias en Berlín. Por ello, es indispensable el hacer política en conexión con nuestro entorno, encontrando en el un tejido social de resistencia comunal. Entendemos que nuestra responsabilidad es desestabilizar la armonía imperial en la que jamás seremos libre(s). Sentipensamos el colonialismo, como cualquier fuerza de dominancia que considere a una cultura o conocimiento mejor que otras y por ende otorgue poder de dominancia entre las gentes. Es por ello, que lo vemos como el esqueleto que gobierna el sistema capitalista hetero-patriarcal, blanco, clasista y capacitista en el que nos vemos inmersas. Vemos una falta de conocimiento y reflexión sobre las estructuras coloniales en nuestras rutinas diarias, y entendemos que esto es producto del aceleramiento y el Hiperindividualismo neoliberar que nos rige como sociedad Berlinesa. Un aceleramiento, que hemos incluso dejado entrar en nuestras prácticas políticas declaradas como de izquierdas, es por eso que nuestra lucha surge muchas veces del dolor y tristeza que sufrimos con nuestros compañeres. Nuestras prácticas políticas y nuestros ideales revolucionarios no se basan en concepciones identitarias, por el contrario en AA convergen diferentes realidades sistémicas que comparten ideales para la creación de futuro(s) interconectados. Nuestro análisis del sistema y la matriz de dominación en la que todas estamos inmersas, nos ayuda a poder actuar en consecuencia hacía mundo(s) con autonomía(s) comunales. La abundancia material de la sociedad moderna cuesta vidas. Conscientes de las masacres injustificables, nuestras sociedades elijen (re)producir este vivir todos los días: una anestesia política en pos de una vida individual que pende constantemente del incremento del interés privado. Atacamos las políticas anti-insurreccionales que reconocemos en diversas geografías. Las tácticas policiales y de control territorial se repiten en Jakarta, Islamabad, Berlín o Rio de Janeiro. Repetición que escribe el árbol genealógico de la policía y la burguesía; quienes frente a una guerra de clase global intensificada no solo reprimen todo levantamiento social, sino también pretenden borrar nuestra creatividad revolucionaria de imaginar otros mundos y otras vidas. Por ello no buscamos reivindicar el derecho al privilegio bajo los estándares que este sistema ha definido como tal. Por el contrario, repudiamos la idea de desarrollo y modernidad tecnicista y meritocrática, que nos hace creer que todes debemos alcanzar un mismo objetivo en la vida. Mecanismo que hace cientos de años ya, se logró instalar y actúa hoy casi de forma naturalizada, borrando a su paso culturas enteras, sueños sociales y experiencias de vida y entendimiento, dibujando así cada vez mas un mundo de pretensión, olvido e impunidad. No aceptamos el lugar que nos fuera otorgado, ni de dominado ni de dominadores. Desde el corazón del sistema clasista que busca adormecernos en el supermercado de las ventajas y comodidades, nos levantamos todos los días para construir una forma de vida diferente, una vida conjunta.
Nuestra lucha política, solo puede verse consolidada el día que nuestras existencias no afecten el poder de autonomía(s) de otras comunas. Es por eso que en nuestro trabajo el intercambio y el aprendizaje de/para con otras realidades y utopías es esencial. Nuestras acciones son producto de ello, y si por medio de estas cometemos errores, estamos felices y abiertas a que se nos diga, ya que entendemosque nuestra actividad política como herramienta cultural, y por ende como un proceso en constante (re)evolución.